sábado, 5 de marzo de 2011

Confedereción Nacional del Trabajo (CNT)


Evolución de la afiliación a la CNT
La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) se fundó en Barcelona en 1910. Este sindicato recoge las anteriores tradiciones asociacionistas de los trabajadores del estado español creadas a partir de los núcleos apolíticos y antiautoritarios de la 1ª Internacional (último tercio del siglo XIX).
En 1917 convocó junto a la UGT una huelga general en contra de la situación general del país. El fortalecimiento significativo del sindicato se produjo a partir de 1918, momento en que la crisis de la industria catalana impulsó a miles de obreros a afiliarse a la organización. Se produjo en este año la huelga de "La Canadiense" (compañía eléctrica) donde la CNT consiguió la implantación de la jornada de 8 horas. Con el fin de contrarrestar la fuerza adquirida por la masa obrera organizada, surgió el pistolerismo, financiado por los patronos, que sembró la violencia ciudadana y logró desestabilizar el sindicato. En 1923, tras la implantación de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, la CNT entró en la clandestinidad. Su actividad en este período estuvo marcada por la participación en varias confabulaciones dirigidas a terminar con el régimen.
Con la llegada de la II República (1931), el número de afiliados a la CNT se incrementó espectacularmente, llegando a contabilizarse hasta 1.200.000 trabajadores organizados en los sindicatos confederales. Durante este período aparte de las luchas por conseguir las mejoras laborales más inmediatas, la CNT participó, cuando no propició directamente, varios movimientos revolucionarios. En Andalucía se llevó a cabo la revolución social inmediata, cuya represión fue tan fuerte (Casas Viejas) que la CNT preconizó la abstención en las elecciones de 1933. En Asturias, los cenetistas firmaron el pacto de Alianza Obrera con la UGT y protagonizaron la Revolución de Octubre (1934). Como consecuencia de las duras represalias que el gobierno de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) puso en práctica contra los obreros sublevados, se formó la coalición del Frente Popular y la CNT no aconsejó, en esta ocasión, la abstención de sus afiliados, favoreciendo con ello el triunfo electoral de la izquierda.
Al comenzar la Guerra Civil en 1936, la CNT, en contra de sus ideas apolíticas y antiestatistas, que siempre ha mantenido, participó en el gobierno republicano y en el de la Generalitat (órgano de gobierno autónomo de Cataluña). Los milicianos cenetistas consiguieron hacer frente a los sublevados en Cataluña y en Aragón. En las zonas que controlaron, pusieron en marcha la revolución social y realizaron las colectivizaciones en la industria y en el campo.
La derrota republicana en el conflicto significó la muerte o el exilio para la mayoría de los militantes, aunque la CNT continuó participando clandestinamente en la lucha contra el general y dictador Francisco Franco, desde el movimiento obrero y desde la guerrilla.
Tras la muerte de Franco (1975), en los años de transición, resurgió la CNT como central sindical. Legalizada, junto al resto de los sindicatos, en 1977, postuló el comunismo libertario y el anarcosindicalismo, manifestando su clara oposición a la dictadura franquista pero sin situarse de forma nítida al lado de las organizaciones defensoras del orden burgués establecido.
En la actualidad pese a no tener la fuerza que tuvo en otros tiempos, la CNT mantiene su presencia en diversos sectores y en conflictos que enfrentan a los trabajadores con la patronal.

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