lunes, 24 de enero de 2011

Comentario de texto (página 145)

- Cuestiones:

1. Describe el tipo de fuente utilizada.
2. Identifica las ideas principales, situándolas en su contexto histórico y en el núcleo temático correspondiente.
3. Explica, a grandes rasgos, los conceptos "Restauración" y "monarquía".
4. Describe la importancia de dicho texto, así como su alcance y consecuencias. Utiliza para ello el texto a comentar. Comenta la trascendencia de los pronunciamientos militares en la España del siglo XIX.

Comentario de texto (página 141)

- Cuestiones:

1. Describe el tipo de fuente utilizada.
2. Identifica las ideas principales, situándolas en su contexto histórico y en el núcleo temático correspondiente.
3. Explica, a grandes rasgos, los conceptos "abdicación" y "democracia".
4. Describe la importancia de las palabras de Amadeo I de Saboya, así como su alcance y consecuencias. Utiliza para ello el texto a comentar. Describe la importancia del constitucionalismo española hasta la llegada del Sexenio Democrático.

Comentario de gráfico (página 137, DOC. 8)

- Cuestiones:

1. Describe el tipo de fuente utilizada.
2. Identifica las ideas principales, situándolas en su contexto histórico y en el núcleo temático correspondiente.
3. Explica, a grandes rasgos, los conceptos "redención" y "quintas".
4. Describe el sistema de quintas teniendo en cuenta la sociedad del momento, así como qué alcance y consecuencias tuvo en la historia española del siglo XIX. Utiliza para ello el gráfico a comentar. Describe la importancia de las revueltas populares durante la construcción del Estado liberal en España y en particular en la época del Sexenio Democrático.

Comentario de texto (página 131, Pacto de Ostende)

- Cuestiones:

1. Describe el tipo de fuente utilizada.
2. Identifica las ideas principales, situándolas en su contexto histórico y en el núcleo temático correspondiente.
3. Explica, a grandes rasgos, los conceptos "revolución" y "plebiscito".
4. Describe la importancia de lo acordado en el llamado Pacto de Ostende, así como su alcance y consecuencias. Utiliza para ello el texto a comentar. Describe la importancia de las revueltas populares durante la construcción del Estado liberal en España.

Manuel Pavía


(Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque; Cádiz, 1827-Madrid, 1895) Militar español. Intervino, a las órdenes de Prim, en la sublevación de Villarejo (1866) y, ante el fracaso del pronunciamiento, tuvo que exiliarse por un corto tiempo. Tras la revolución de 1868, luchó tanto contra los cantonalistas andaluces como contra las partidas carlistas de Navarra. Fue designado capitán general de Castilla la Nueva y, ante las disputas internas de los partidos republicanos, irrumpió en las cortes y las disolvió. Con la Primera República abolida, promovió un gobierno del que quedaron excluidos los federalistas y los carlistas. Entre 1880 y 1881 fue capitán general de Cataluña y de nuevo en Castilla la Nueva (1885-1886), donde reprimió el levantamiento de Villacampa.

Revolución cantonal


La Revolución cantonal fue un movimiento político que tuvo lugar durante la Primera República Española, coincidiendo casi en el tiempo con una huelga revolucionaria acaecida en Alcoy (la llamada Revolución del petróleo) días antes del 12 de julio de 1873, cuando estalla la insurrección en Cartagena bajo el nombre de Revolución cantonal, extendiéndose en los días siguientes por muchas zonas de las entonces regiones de Valencia, Murcia, Andalucía y en las provincias de Salamanca y Toledo, lugares todos ellos en los que se llegaron a articular cantones (estados independientes voluntariamente federados en la Federación española), destacando también, en Extremadura, el intento de constituir cantones en Coria, Hervás y Plasencia, así como la publicación del periódico El Cantón Extremeño (fundado por Hernández González y continuado por Evaristo Pinto Sánchez), en cuyas páginas se animaba a la creación de un cantón extremeño ligado a Lusitania y se instaba a los lectores a tomar las armas de ser necesario, para defender los ideales promulgados. También en la provincia de Ávila tendrá la Revolución cantonal una cierta incidencia.
Este movimiento era partidario de un federalismo de carácter radical y trataba de establecer una serie de ciudades o confederaciones de ciudades (cantones) independientes que se federarían libremente. Recuerda en ciertos aspectos a las polis griegas. El cantonalismo fue un movimiento eminentemente de la pequeña burguesía que tuvo una gran influencia del naciente movimiento obrero, sobre todo anarquista.

Francisco Pi i Margall


Político español, presidente de la Primera República (Barcelona, 1824 - Madrid, 1901). Procedente de un medio obrero, estudió hasta doctorarse en Derecho (1847). Luego se ganó la vida como profesor, traductor y empleado de un banco, al tiempo que daba sus primeros pasos como escritor y crítico literario. Vinculado al Partido Demócrata desde que llegara a Madrid en los años cuarenta, participó en la Revolución de 1854 y se orientó cada vez más hacia la política: en 1854 publicó sus ideas federalistas en La reacción y la revolución; desde 1857 sostuvo polémicas en defensa del socialismo contra los demócratas individualistas o liberales.
En 1864 adquirió notoriedad como director del periódico La Discusión, desde el cual difundió su ideología; por ese motivo hubo de exiliarse en París durante la reacción que siguió a la intentona revolucionaria de 1866. La estancia en París le permitió profundizar en el conocimiento de Proudhon -fallecido el año anterior-, autor cuya influencia es visible en el pensamiento de Pi y que él mismo traduciría al español. Allí maduró Pi su ideología revolucionaria, basada en la destrucción de la autoridad para sustituirla por el libre pacto constitutivo de la federación.
El triunfo de la Revolución de 1868 le permitió regresar y ser elegido diputado en las Cortes constituyentes. Se erigió como uno de los grandes líderes del republicanismo, en una vertiente federalista y cercana al socialismo (lo que le permitía conectar mejor con las aspiraciones sociales de las clases trabajadoras y con las aspiraciones de descentralización política de su ciudad natal). En consecuencia, se opuso al carácter monárquico de la Constitución de 1869, y -ya como máximo dirigente del Partido Republicano Federal, desde 1870- combatió el reinado de Amadeo de Saboya.
Cuando éste abdicó, Pi fue uno de los impulsores de la proclamación de la Primera República española (1873). El primer presidente de la misma, Figueras, que conocía bien a Pi por haberle tenido empleado en su bufete de abogados, le encomendó el difícil Ministerio de la Gobernación; desde aquel cargo, Pi hizo lo que pudo por mantener el orden público, contener el movimiento cantonalista y procurar que las elecciones arrojaran un resultado favorable para el régimen.
Al dimitir Figueras, fue el propio Pi y Margall quien se hizo cargo del Poder Ejecutivo (formalmente no existía el cargo de presidente de la República, en tanto no se promulgara una nueva constitución). Lo hizo con un amplio programa de reformas políticas y sociales que no pudo llevar a cabo, pues sólo se mantuvo durante algo más de un mes, acosado por la rebelión cantonalista (que nacía de una lectura radical del ideal federalista) y por la división entre las filas republicanas: a la tradicional oposición entre socialistas e individualistas se unía la ruptura entre unionistas y federalistas, y la propia división de los federalistas entre moderados y radicales.
Tras el golpe de Estado de 1874 que restableció la Monarquía de los Borbones, Pi y Margall se retiró temporalmente de la política y se dedicó a su trabajo como abogado, pensador y escritor. En los años ochenta, aprovechando la tolerancia de los gobiernos liberales, volvió a la actividad pública para reorganizar a los republicanos federales. Confiando en las posibilidades de éxito que les ofrecería la restauración del sufragio universal en 1890, creó en aquel mismo año un periódico propio (El nuevo régimen) e impulsó la definición del programa del partido en 1894.
Su prestigio le permitió ser elegido diputado en 1886, 1891 y 1893; pero perdió popularidad al ser el único líder republicano que no se dejó arrastrar por el ardor nacionalista durante la Guerra de Cuba (1895-98): propugnó la concesión de la independencia a las colonias y se opuso a la guerra contra los Estados Unidos, modelo de democracia republicana y federal.

El Sexenio Democrático (1868-1874). La Primera República española (1873-1874)

viernes, 21 de enero de 2011

Amadeo I de Saboya


(Turín, 1845-id., 1890) Monarca español (1870-1873). Hijo de Víctor Manuel II, rey de Italia, y de María Adelaida de Austria, heredó el título de duque de Aosta. En 1867 contrajo matrimonio con María Victoria del Pozzo della Cisterna. Poco antes había participado en la guerra contra Austria, en la que resultó herido. Tras el conflicto fue ascendido a brigadier de caballería y, en 1869, a vicealmirante de la armada.
Por aquellas mismas fechas, en España, la revolución de septiembre de 1868 provocó la abdicación y el posterior exilio de Isabel II, lo que a su vez obligó al general Prim, jefe del gobierno, a buscar un monarca para el trono español. Tras numerosas gestiones entre las familias reales europeas, se decantó por Amadeo I, representante de la casa de Saboya, la cual, y según le tratado de Utrecht, tenía derecho sucesorio en España en caso de faltar la dinastía borbónica. Amadeo I, a su vez, aceptó el ofrecimiento, siempre y cuando fuera elegido por las Cortes y reconocido por todos los Estados europeos.
Al llegar a España, sin embargo, su máximo valedor, el general Prim, cayó asesinado, con lo cual su situación quedó en entredicho, puesto que no contaba con el apoyo ni de los republicanos ni de los carlistas. Aun así, y tras asistir al entierro de Prim, el 2 de enero de 1871, en el que fue su primer acto oficial, encargó la formación de gobierno al general Serrano, quien formó una coalición entre progresistas, unionistas y demócratas, todos ellos favorables a la monarquía.
Sin embargo, pronto se alzaron las voces contrarias a Amadeo I, entre ellas la del ejército, la de la aristocracia y, sobre todo, la de la Iglesia, contraria a la vigente Constitución de 1869. Además, la creciente crisis económica y financiera provocó la caída de los sucesivos gobiernos de Amadeo I, quien, a finales de 1872, insinuó su voluntad de abdicar, si bien legalmente la Constitución que él mismo había sancionado se lo impedía.
Finalmente, en febrero de 1873, con la excusa de una sublevación en el seno del ejército, abdicó, decisión que fue aceptada por las Cortes, las cuales, a continuación, proclamaron la Primera República. Amadeo I regresó a Italia, donde recuperó el título de duque de Aosta y vivió, alejado de la escena política, hasta su muerte.

El Sexenio Democrático (1868-1874). Gobierno provisional y reinado de Amadeo I de Saboya